Titan Desert by Garmin 2015 – Etapa 1

115km – 2.652 metros de desnivel. Inicio en Boumalne Dades y final en Aknouin.

Sin duda el día con mayor desnivel de toda la carrera y una jornada con 115km de longitud.

Todos con ganas de que empezara la carrera, tras la experiencia del año anterior parece que tengo claro que esto no es como empieza sino como acaba.

A pesar de ello, empiezo la etapa muy bien y comienzo la ascensión al primer puerto a buen ritmo. Recuerdo adelantar a Edu que andaba trasteando los cascos y enfadado porque no daba con la música que sus oídos necesitaban. A mitad de ascensión llega la primera estación de hidratación donde me paro como hacíamos el año pasado pues era algo que nos quedó claro que mejor parar en todos los avituallamientos.

40 km constantes de ascensión para empezar la Titan Desert 2015 y al llegar arriba cantan clasificación a una fémina y mi sorpresa es mayúscula al escuchar la posición 80 de la general. Contento conmigo mismo inicio un descenso pedregoso como ya nos habían indicado anteriormente y como no podía ser de otra manera recuerdo que a la cuarta o quinta curva a derechas pruebo el polvo directamente golpeando con todo en el suelo. Consigo levantarme rápido pues no paran de bajar compañeros a velocidades vertiginosas y estoy en medio de la pista. Enderezo manillar, me miro la pierna que sangra en la zona de la rodilla, recojo Garmin, tomo aire y vuelvo a montar encima de la bicicleta. 

Tras la caída no paro de pensar en que tengo que aminorar la marcha que esta vez he tenido suerte pero no vale la pena arriesgar y tirar por tierra la eventura. Empiezo a tomar confianza, no paran de adelantarme bikers que arriesgan más que yo y sin darme cuenta me vuelvo a ver en el suelo. De nuevo curva a izquierdas y exactamente igual que 10 minutos antes. Lo malo es que llovía sobre mojado y el golpe esta vez es en el costado de la pierna.

No me lo puedo creer, primer día y dos caídas, pierdo confianza total a mí, a la bici, a las ruedas… sigo bajando pero esta vez ys a un ritmo que más parece de paseo que otra cosa.

Sin darme cuenta y todavía sin acabar el descenso llegamos a la primera etapa de hidratación donde veo a mucha gente parada, veo la posibilidad de continuar sin parar pues llevo bidón lleno así como el camelback integro. Me viene a la cabeza que mejor seguir par no enfriar tras las dos caídas y aquí está mi gran error.

El no parar a avituallarme, me provoca tremenda pájara que asombraría al mismo Hombre del Mazo pues tras el descenso hasta llegar al siguiente puesto de hidratación faltaban 15 km que se me atragantaron de mala manera. En esta estación me encuentro a Joan Pedrero que llega detrás y se sorprende de que esté ahí, me anima a seguir con él pero mi estado es lamentable, imposible seguirlo sin confianza a la que el terreno se convertía en algo de bajada además de quien se trataba y de la forma que afrontaba las bajadas.

Decido seguir como buenamente puedo y afrontar unos terribles 10 km de rampas infinitas donde conozco a Alvaro que me alcanza, viene asustado pues es su primera edición y lo está pasando realmente bien. Viene con el equipo de Eleuterio Anguita pero ha tenido que dejarlos ir e intentar seguir a su ritmo. Teme no llegar al corte de la etapa a lo que me deja a cuadros pues no soy consciente de estar en esa situación ni mucho menos.

Los dos seguimos charlando y sin parar de dar pedales conseguimos llegar a meta, tras 115 km durísimos, realmente la etapa más dura de todas las que he hecho junto al Cañon de año anterior. Lejos de quedar fuera de control pues la organización se ve obligada a aumentar el control para no dejar a más del 30% de los participantes fuera de carrera el primer día.

Nada más llegar, lección aprendida del año anterior, rápido a buscar hora de masaje, ducha y a comer lo antes posible pues la recuperación es importantísima para mañana. 

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© 2023 Juan Carlos Avalos