Ayer en León tuvimos que dedicar algo de tiempo a la bici de Jose António, el rodamiento de la biela empezaba a sonar de manera fea así que aprovechamos que estábamos en León para ir de tiendas especializadas, desafortunadamente el modelo de rodamiento no lo localizamos y nada más que pudimos volver a montar engrasar y desear que permita llegar a destino, de todas formas intentaremos encontrar en las tiendas que nos vayamos cruzando.
Hoy tocaba ascender a la Cruz de Hierro, salir de León no es ningún preludio de la preciosidad de etapa que nos esperaba. Lo único destacable las cuevas donde recuerdo haber comido tortilla hace tiempo y que no puedo dejar de fotografiar. Hasta llegar a Astorga, poca cosa destacable, la salida de la capital y rectas largas donde por lo menos el viento nos ha respetado. De inicio Roman ha querido ir abriendo pista hoy más que nunca pues se acerca a su territorio y tiene cuentas pendientes en la Cruz de Hierro. Jose Antonio y yo hemos ido juntos toda la etapa.
Una vez en Astorga paramos en la tienda de bicicletas Liebana Bike donde Jose nos atiende de maravilla pero no tenemos suerte con la cazoleta, aprovechamos para aprovisionarnos de un chubasquero decente de cara a las etapas que nos quedan pues la predicción es de que no nos libraremos del agua.
Pasado Astorga el track comienza de forma muy suave a indicar que tenemos que ascender y así vamos haciendo hasta llegar a Rabanal del Camino donde empiezan los senderos que nos llevan hasta Foncebadón y la famosa Cuz de Hierro.
Nos paramos en el refugio, refresco y descanso en las amacas para comenzar el ascenso.
La subida es preciosa, una vez en ella, parada de rigor inmortalizada y preparados para el descenso hasta Molinaseca.
Antes de iniciar el descenso puro y duro, parada en Manjarín donde el templario sigue con su labor, lástima que tenía mucha gente y las ganas de llegar a la ducha no nos permitían esperar a ser atendidos por él.
Recodaba el otro viaje desde León de la complejidad del descenso bastante técnico pero lo cierto es que o muchos factores se han alterado, bicicleta de 29, el paso del tiempo, mejor técnica… lo cierto es que me ha parecido algo muy asumible. Jose Antonio ha sido quien ha decidido que bajaramos por donde bajan los peregrinos desechando bajar por la carretera y lo hemos pasado genial apotando el nivel de conocimiento que requería pues a pesar de que se puede bajar hay que hacerlo con mucho ojo. La suerte que hemos tenido es que no llovía aunque en ese caso hubiéramos optado por el asfalto.
En la bajada el precioso pueblo del Acebo y vuelta a los senderos que me han parecido más técnicos que la primera parte y finalmente llegada a Molinaseca donde descansamos en The Way Hotel. Perfecto recibimiento por parte de Mati «el cabrón» y ahí estaba Roman que se ha pegado su entreno a fuego. Mati nos ha dicho que llevaba 2 horas ya en Molinaseca, tremendoooooo.
Dado que estamos a 5 km excasos de Ponferrada intentamos pasarnos por la población por si hay suerte y reparar las bielas de Jose Antonio y parece que algo hemos hecho. Hemos dado con Fran de Pedales Bicis que se ha desvivido por darnos una solución y si bien no tenía el rodamiento si que ha intentado todo para poder salir mañana metiendo bolas en él a hostias como ha dicho Iñaki el representante de Enduro. Un crack Fran y su tienda Scott totalmente recomendable. Menuda Spark SL tenía en el escaparate.
Salimos de la tienda de Fran y damos una vuelta por Ponferrada en busca de algún sitio donde cenar, finalmente decidimos volver a Molinaseca al lado del Hotel y concretamente en
Bueno pues mañana etapa similar a ésta pero con el Cebreiro, más duro sobre el papel pero lo peor son las predicciones…
Buen Camino